Dicho sea con todo el respeto del mundo hacia Rossi, al que muchos consideramos el mejor de la historia: la hora del relevo en MotoGP ha llegado.
"¡Dos seguidas! ¡Dos seguidas", gritaba el español al llegar a pie de podio, algo impensable para él hace tiempo pero de lo más natural a partir de ahora. Su autoridad le ha convertido en el favorito número uno al título. Mientras él acabó fresco como una lechuga, Valentino lo hizo sofocado, casi demacrado y sin capacidad de reacción. Su problema no fue el hombro, sino otra puesta a punto peor que la de su rival.
Ya hay veredicto y éste confirma que la sucesión está en marcha y, aunque nunca se podrá enterrar a Rossi hasta que él quiera, porque es mucho Rossi, una tercera victoria seguida, en su jardín de Mugello, podría suponer la estocada final.
La víspera se presagiaba la carrera de todas las carreras y hubo un momento en que lo pudo ser, cuando ambos se pasaron y repasaron cuatro veces en el corto espacio que va de la curva del final de recta a la chicane. Quedaban aún 21 vueltas por delante y parecía que Rossi tenía previsto frenar a Jorge por lo civil o lo criminal, como a Stoner en Laguna Seca, pero nada más lejos de la realidad 'Mantequilla Man', como llamaron los mecánicos a Lorenzo al llegar victorioso al box, por la armonía con la que traza, era tan imparable ayer como el Rossi de los mejores tiempos. Cuando el 99 atacó de nuevo, se marchó como un tiro hacia su segunda victoria consecutiva. Le metió de entrada tres segundos al campeón en cinco vueltas y, en la meta, la friolera de 5,6.
La hora del relevo ha llegado...
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